jueves, 29 de diciembre de 2011

La metáfora del masón miope y astigmático


Os quiero agradecer QQ.·.HH.·. Adrián y Eduardo las dos horas que hemos compartido en ese extraordinario punto de encuentro que es la Plaza de la Virgen de Valencia, disfrutando del agradable sol del invierno, envueltos por la motivadora conversación sobre la evolución de la Fraternidad.

Esta mañana hemos realizado un recorrido, sin orden, a través de la historia y el sentido de la masonería. Dejándonos llevar por la charla, “sine critérium”, allá dónde nos han querido conducir nuestras mentes y emociones. Y en ese fraternal proceso de don y contradón, de reciprocidad e intercambio en el que nos hemos visto envueltos, he visualizado la metáfora del masón miope y astigmático.

Salpicado por el “chirimiri” interno que me ha producido esta imagen he regresado a mi casa sin poder abandonar la metáfora. Y heme aquí, sentado delante del escritorio, con el propósito de construirla con palabras, a fin de compartirla con vosotros.

Como sabéis la miopía y el astigmatismo, sin entrar en su explicación física, son defectos del ojo que modifican la visión normal de los objetos, al no permitir enfocarlos de modo correcto. Objetos lejanos y cercanos, respectivamente. Percibiendo una imagen distorsionada y poco nítida de los mismos. Defectos del ojo que se pueden reducir o corregir con ejercicios, lentes o cirugía adecuada.

En la metáfora del masón miope y astigmático la contrariedad reside en que esa visión distorsionada y poco nítida es reconocida y aceptada, por el masón, como la visión normal de las cosas. Sin sospechar del defecto de percepción con el que intenta enfocar la masonería, y sin la posibilidad de reducir o corregir los defectos de sus ojos al no considerarlos.

QQ.·.HH.·. Adrián y Eduardo ¿no seremos nosotros masones miopes y astigmáticos? ¿Cómo saberlo, si en los masones con este defecto se confunde la deformación con la visión normal? Por lo que se deduce lo tenemos complicado. ¡Dejadme pensar!

¡Sí, ya lo tengo! ¿Y si recurriéramos a esas lentes con las que se intenta reducir o corregir la miopía y el astigmatismo? Es decir, hacer un proceso inverso, probando a ver la realidad masónica a través de esas lentes correctoras. Si el resultado es una visión más clara y nítida, por deducción sabremos que nuestros ojos son miopes y astigmáticos.

Pero, en masonería, cómo se gradúan esas lentes divergentes, tóricas o esferotóricas que permiten a los rayos de luz experimentar distintos grados de refracción cuando inciden en los diferentes puntos de la lente, corrigiendo los defectos de la vista.

Creo que graduar las lentes a través de las cuales ver la masonería es más simple de lo que imaginaba. Estas lentes se gradúan, permitiendo una corrección adecuada, con el sentido y la vigencia de la masonería como proceso de autoconstrucción y esclarecimiento. Un masón si no ha vocacionado su interés por la masonería, si no ha desarrollado su inteligencia emocional, si no ha descubierto el beneficio del Arte Real, difícilmente podrá graduar las lentes necesarias para detectar su miopía y astigmatismo. Sin poder corregir esa visión de la masonería deformada y cimentada en leyendas negras y rosas, en mitos e idolatraciones, sin poder identificar que mucho de lo catalogado, calificado o considerado como masonería no pertenece al ámbito del objeto de la misma.

Aún más, la miopía y el astigmatismo de un masón, tienen su cirugía en ese rayo laser que mágicamente se genera en la vivencia vocacionada del masón hacia su propio autoesclarecimiento.

¿Cuál crees Q.·.H.·. qué es tu grado de miopía y astigmatismo?

 

1 comentario:

Valor y Constancia dijo...

Querido hermano, no quiero dejar pasar la oportunidad de saludar el retorno de tu actividad bloguera, ¡se te extrañó!.
Feliz año para todos,