lunes, 9 de abril de 2012

Muchos miembros de logias masónicas...para degeneración de la masonería


Muchos miembros de logias masónicas, para degeneración de la masonería, sólo somos capaces de vivir los símbolos, los rituales y los valores masónicos de forma mecánica, la mayoría de las veces porque no consideramos el sentido espiritual de la masonería, como proceso de construcción interior.

Muchos miembros de logias masónicas, para degeneración de la masonería, sólo somos capaces de vivir nuestra pertenencia a ella a través de adornos externos, tanto físicos como verbales; rayando en muchas ocasiones la idolatración, el fetichismo y una especie de fanatismo con un gusto exagerado y desmedido hacia toda manifestación plástica de los símbolos y rituales. Sin poder contribuir a nuestra propia esencia masónica, de construcción y esclarecimiento, a través de nuestras vivencias transformadoras.

Muchos miembros de logias masónicas, para degradación de la masonería, ignoramos que a través de nuestra iniciación, y del juramento simbólico, afirmamos nuestra intención de convertirnos en maones. Y que ello supone un proceso de transformación interior y de desarrollo mental. Un proceso gradual, simbolizado en los grados, de desarraigo de nuestros estados mentales profanos para sustituirlos por los masónicos, como la tolerancia, el respeto y la búsqueda de la Luz y la Verdad.

Muchos miembros de logias masónicas, para degradación de la masonería, limitamos nuestros trabajos a repetir mecánicamente los símbolos y rituales, sin tener presente que están relacionados con el desarrollo de nuestra mente, de nuestras actitudes, de nuestro estado psicológico y emocional. Estas prácticas mecánicas, así como todos los grados, oficios y condecoraciones que pueda ostentar un miembro de una logia, no contienen ningún valor en sí mismos, si el miembro de la logia que los ostenta no lleva un estilo de vida verdaderamente masónico, basado en los valores que fundamentan la masonería. Valores que pasan por la disciplina interna de superar los estados profanos de la mente y cultivar los masónicos.

Muchos miembros de logias masónicas, para degradación de la misma, somos incapaces de integrar los símbolos, rituales y valores masónicos en nuestras propias vidas, estemos donde estemos, convirtiéndolas en una FUERZA interior, al formar parte de nuestra propia experiencia de esclarecimiento. Creando una estructura ética capaz de guiar nuestro comportamiento, y con ello, transcender los trabajos en logia, contribuyendo a la construcción del Templo de la Humanidad.

Muchos miembros de logias masónicas, para degradación de la masonería, valoramos nuestra participación en la misma por las relaciones profanas con otros miembros de la misma, sin poder considerar una conexión de “hermandad espiritual” y un sentimiento de pertenencia fundamentado en los valores masónicos, con los que conectar y relacionarnos con otros hermanos.

Muchos miembros de logias masónicas, para degradación de la masonería, no podremos ser reconocidos como masones por la ausencia de un interés vocacionado y sincero hacia nuestro propio autoesclarecimiento y construcción, a través de los símbolos, rituales y valores masónicos.

El renacimiento del sentido y la vigencia de la masonería en este siglo XXI pasa por la superación de los simples “miembros de logias masónicas”, sustituyéndolos por MASONES VOCACIONADOS HACIA SU PROPIA AUTOCONSTRUCCIÓN, a través de los símbolos, rituales y valores masónicos.

viernes, 6 de abril de 2012

Sobre la correcíón agresiva a un hermano masón


Querido Hermano Aprendiz, hace unos días me comentabas la experiencia que has vivido, cuando otro QH de tu logia intentó corregirte violentamente, con una reacción desmedida y cerrada a todo diálogo. Ante la presencia de otros hermanos, que como suele ocurrir con más frecuencia de la deseada, parecía que no querían ver, inhibiéndose ante la actitud del ”hermano agresivo”.

En una logia con hermanos vocacionados hacia su propia construcción, ninguna actuación imaginada o real de un hermano desata estos ataques, donde la animosidad, los reproches y la cólera destruyen los caminos de comunicación, imposibilitando sentir la influencia bienhechora de la Masonería, y con ella el beneficio del Arte Real.

Seguramente, por lo que me has comentado, este “hermano agresivo” justificaba su reacción desmedida en la defensa de otro hermano contra ciertas murmuraciones hacía su persona, culpándote a ti como una parte generadora de las mismas, sin darse la posibilidad de escucharte, cosa que realmente no le interesaba, porque no estamos ante un hermano masón corrigiendo a otro hermano masón, sino ante un hermano lleno de “metales y pasiones” agrediendo a otro hermano.

Para este “hermano agresivo” no cabía la posibilidad de sondearte el corazón para apreciar tus obras, porque, por lo que ya hemos comentado, su objetivo no era corregirte sino agredirte.

Querido Hermano Aprendiz, repito de nuevo, ninguna actuación imaginada o real de un hermano justifica una reacción de ese tipo, tan alejada de los valores masónicos. Estas agresiones no buscan corregir de manera fraternal, y tampoco tienen nada que ver con la discusión enriquecedora ni con la argumentación que favorece el intercambio de ideas. Estas agresiones sólo pretenden ofender y atacar a un hermano, teniendo su origen en vete a saber qué: si en la arrogancia del “hermano agresivo”, en su mal humor o simplemente en su propia inestabilidad.

Lo cierto es, que estas reacciones desmedidas de un hermano hacia otro, ilegitiman al “hermano agresivo” como masón: “no seas ligero en airarte, porque la ira reposa en el seno del necio”. Estas reacciones desmedidas y agresivas por parte de un hermano hacia otro desvelan y declaran que estamos ante un mandil sin el masón correspondiente.

Me has dicho que te fue imposible neutralizar la agresión, encontrando reflejada en el rostro del “hermano agresivo” la señal de dirección prohibida hacia la argumentación e intercambio, cuando arrugando los labios mientras intentaba dibujar una sonrisa de satisfacción, y estirando su cuello, dirigía miradas de soslayo hacia los otros hermanos presentes, buscando la complicidad.

Me ha gustado mucho tu forma de expresar lo sucedido, especialmente al decirme que para intentar neutralizar la agresión de este “mandil sin masón”, hiciste un esfuerzo mental para “diagnosticarlo”, buscando la posibilidad de ponerle un espejo para que se viera reflejado, pero qué por lo inopinado y la rapidez de lo sucedido, y con la sensación de que esta agresión estaba planeada, te resultó difícil reubicar el eje de la conversación, mejor dicho del “ataque agresivo”. ¿Pero, te pregunto Querido Hermano Aprendiz, cómo poder comunicarnos con alguien cuando ha cerrado los canales para conseguirlo?

Te honra, mi Querido Hermano Aprendiz, tu actitud cuando dices que este “mandil sin masón” tuvo que finalizar la agresión porque teníais que entrar en la logia, y como, sin necesidad de comprender su reacción agresiva, ni las miradas hacia otro lado de los otros hermanos presentes, durante un par de minutos mantuviste un encuentro contigo mismo para, limpiando tu corazón, desprenderte de toda la metralla de metales con los que te habían impactado. Comprendiendo que uno de tus próximos trabajos con tu logia pasará por buscar el momento y la oportunidad para, de manera fraternal y enriquecedora, corregir al “hermano agresivo”. Una oportunidad para tu propia autoconstrucción, sin miedo a la verdad, buscando la LUZ.

En una logia con hermanos vocacionados hacia su propia construcción, ninguna actuación imaginada o real de un hermano desata estos ataques, donde la animosidad, los reproches y la cólera destruyen los caminos de comunicación, imposibilitando sentir la influencia bienhechora de la Masonería, y con ella el beneficio del Arte Real.