jueves, 17 de junio de 2010

Español...sobre la importancia para un Masón del primer "destello de luz".


En una publicación anterior titulada, “SER” Masón: Una necesidad vocacionada”, hablaba de “un primer destello de luz” que como una “bendición” y un “primer despertar” nos lleva a una “nueva conciencia ampliada”, la cual nos “emplaza” en el camino de la utopía del “autoesclarecimiento”, del “hombre iluminado...”

Sin este “primer despertar” ningún Hermano Masón, por muchos años que llevemos en la Masonería, podremos conseguir captar la esencia y el significado del mayor “beneficio” del “Arte Real”.

Copio textualmente un fragmento de la anterior publicación, “SER Masón: Una necesidad” vocacionada: “Y a raíz de esa bendición, de ese primer destello de luz, mediante “respuestas personales, proactivas y plenas a la vida” (*), alcancemos a evolucionar desde el “homo sapiens sapiens” “el resabut” hasta el “hombre iniciado”, el “homo initium”. Orientando y equilibrando nuestras vidas, mientras degradamos nuestras oscuridades, en una constante búsqueda de la verdad que tiene su cúspide en la utopía de la “ILUMINACION”.

Todos los seres humanos vivimos experiencias que nos producen cambios en los planos vital y psicológico. Experiencias calificables de “iniciáticas”, pero, no es suficiente para hablar del “Hombre Initium”; y, por ello, tampoco del Masón.

Todos los seres humanos pasamos de un modo natural por este tipo de “experiencias iniciáticas”, sin embargo no todos los seres humanos llegamos a percibir ese “primer destello de luz”, esa “gracia”, a partir de la cual nace la “nueva conciencia”, y a partir de ese momento el “bendecido” ya no necesita esperar esas “experiencias” que nos golpean, abatanan y zarandean, para “continuar despertando”. Desde ese instante el “bendecido” se convierte en “vocacionado” al emprender el proceso de despertar voluntariamente. El “bendecido” ya está preparado para un crecimiento interior radical y profundo.

Métodos hay, de oriente a occidente, brindándonos caminos hacia la “ILUMINACION”. Entre ellos, nuestro respetado método masónico: el “ARTE REAL”, a través de sus Rituales y simbología.

Así es, el “bendecido” al emprender “voluntariamente” el proceso de despertar tiene en la Masonería un “Arte” o “método” para trabajar en su utopía, viviéndolo en Fraternidad.

Como la “verdad” es “inseparable de lo que somos”; solo, “desbastando “y “puliendo” nuestra “propia piedra bruta”,la metáfora y la simbología del acróstico V.I.T.R.I.O.L. y, con ellas, toda la simbología y ritualística de la Masonería tendrán su sentido de “SER”.

Cuando califico ese “primer destello de luz” como una “BENDICION”, hablo desde la percepción del “bendecido”, no como una diferenciación entre “bendecidos” y no “bendecidos”, sino como la percepción de un “regalo”. Es decir, el “bendecido” lo percibe pensando: “menos mal que me ha sucedido”, “cómo podía estar tan ciego”….

Hablo como la percepción de una “gracia” que podría haber, o no haber, pasado.

Lo más esperanzador de toda esta publicación es que ese “primer destello de luz”, y con él la “gracia” y la “bendición”, puede llegarnos a través del ejemplo y la intensidad de la “luz” que reflejen otros Maestros Masones, algo así como el efecto de hacer “la ratita” con el espejo de nuestro propio nivel de “autoesclarecimiento”.


domingo, 6 de junio de 2010

Español...¿Suena el Simbolismo Masónico a “HUERO”?


Esta mañana, mientras compartía un café, en la plaza del Collado de Valencia, con mi Q:.H:. Remo, éste, sabedor del tema sobre el que estoy trabajando: la interrelación de los símbolos y Rituales con nuestros trabajos “iniciáticos”, me ha presentado y leído un texto sobre “el simbolismo masónico” que al parecer un Q:.H:. “decepcionado por la Masonería”, o quizá, y seguramente lo más probable, “bloqueado” y “confundido” por no haber podido visualizar “LA VIGENCIA Y EL SENTIDO DE LA MASONERIA EN ESTE SIGLO XXI (e.v.,)”, ha escrito y “colgado” en su blog de Internet.

Desde mi percepción, este Q:.H:. al escribir su texto, aún por oposición, continúa preguntándose por el “beneficio de la Masonería”, buscando lo que no ha podido encontrar durante su permanencia activa en ella. Buscando lo que no ha podido visualizar “por sí mismo”, o a través del ejemplo y el “reflejo de luz” transmitido por los QQ:.HH:. con los que ha compartido trabajos. Y, como de todo hay en nuestra “Fraternidad Universal”, también es presumible que haya ido a parar a una de nuestras “Logias” donde los mandiles carecen del masón correspondiente, y dónde los “trabajos iniciáticos” y el “beneficio del Arte Real” no suenan ni a “chino”, porque, en realidad, no suenan. Y, si suenan alguna vez, también cabe que no se tenga muy claro el significado y dimensión de lo que se califica como “rituales y trabajos iniciáticos”.

Con esta actitud, de mi parte, de “advocatus diaboli” hacía el escrito de este “Q:.H:. Decepcionado”, he sorprendido a mi Q:.H:. Remo; el cual, ingenuamente, esperaba me rasgara las vestiduras mostrando indignación, tal como un “Caifás ante las palabras de Jesús”. No me ha costado mucho esfuerzo hacerle venir sobre mis razones, ¡era de cajón! ¡Es decir, evidente y lógico!

Este “Q:.H:. Decepcionado”, con un buen bagaje cultural, hablaba sobre el simbolismo masónico fundamentado en los símbolos “que utilizaban los constructores de catedrales”. Y, los puntos del texto donde se supone debía haberme “molestado”, “irritado”, “indignado” o “soliviantado” eran, entre otros: aquel en el que manifestaba que este simbolismo “suena a huero”, aquel donde decía que se tergiversa el concepto del simbolismo por el hecho de querer asignar al mismo una capacidad de “desvelar conocimientos inexistentes”; aquel donde amplia el adjetivo “huero” con nuevas connotaciones relativas a “valores trasnochados” como la perfección individual y, a partir de esta, la perfección de toda la humanidad, según él: “una utopía, como todas irrealizable”.

Vayamos paso a paso a lo largo de estas manifestaciones de nuestro “Q:.H:. Decepcionado”. En primer lugar, para aquellos que no conozcan o duden de su significado, aclararé que “huero”, aplicado en sentido no material, significa “que no produce nada sustancial, que está falto de contenido”, “hueco”, “vacio”.

Me disculparéis si a partir de ahora me repito a mí mismo, pero como las respuestas ya las he reflexionado en otras publicaciones, aprovecho para volver sobre las mismas.

Retomando si el “simbolismo masónico suena a huero”. No es difícil de imaginar la posibilidad de que este “Q:.H:. Decepcionado” haya vivido su “tiempo masónico” en un “ambiente masónico de superficialidad” donde la peculiar “vivencia masónica” de los símbolos de los constructores medievales y los “Rituales” no alcanza a ayudar a los QQ:.HH:. a sentir el proceso integral de la vida, a más de estimular el aprendizaje del “Arte Real”. Que este “Q:.H:. Decepcionado” haya trabajado en un “ambiente masónico de superficialidad” donde “todo”, a excepción de los trabajos “administrativos”, se reduce a una mera acumulación y repetición de datos y conocimientos sobre símbolos y rituales, sin llegar a crear esa especial y personal "liaison" con los mismos.

En segundo lugar, donde apunta que se tergiversa el concepto del simbolismo por el hecho de querer asignar al mismo una capacidad de “desvelar conocimientos inexistentes”. Si esa ha sido su percepción lo siento por él. No “Q:.H:. Decepcionado”, de ninguna manera. La Masonería no es “El Colegio Hogwarts de Magía y Hechicería”, ni nosotros somos “Aprendices de Mago” como “Harry Potter”, ni nuestros “viajes iniciáticos” los realizamos a bordo del “Expreso de Hogwarts”, ni tampoco salimos de viaje desde esa plataforma “Nueve tres cuartos (9¾)”, invisible a las personas que no poseen ojos mágicos y ubicada en la estación de King´s Cross. A los QQ:.HH:. Masones, tú entre nosotros, los símbolos y Rituales solo nos desvelan “conocimientos inexistentes” cuando tenemos “algo propio” con lo que llenarlos de contenido, solo entonces, estos pueden empezar a enriquecer nuestro proceso. Y la única plataforma “Nueve tres cuartos (9¾)”, invisible a las personas que no poseen ojos mágicos, es nuestra propia plataforma de trabajo “íntimo”, “secreto”, “místico” e “individual” que evoluciona mágicamente con nuestros “trabajos iniciáticos”. “Muchos queremos cambiar el mundo, que el mundo mejore, pero pocos estamos dispuestos a empezar por donde únicamente puede empezarse: CAMBIARSE A UNO MISMO”. Aquí tienes con el símbolo V.I.T.R.I.O.L. el primer ejemplo de cómo llenándolos de “algo propio”, estos símbolos, nos pueden “desvelar conocimientos inexistentes” en nosotros mismos, no al estilo del “colegio Hogwarts”, pero sí al estilo del beneficio del “Arte Real”.

En tercer, y último lugar, cuando hablas de “valores trasnochados” como la perfección individual y la perfección de toda la humanidad, según tú: “una utopía, como todas irrealizable”. Te diré que tienes razón, aunque los califiques de “valores trasnochados”. Efectivamente es una utopía, pero la belleza de la utopía no reside en lo que uno espera encontrar en un punto ideal de llegada. La belleza de la utopía “ES”, se manifiesta, nos envuelve y embarga, cuando en el tránsito hacia ese ideal, trabajamos orientando cada uno de nuestros pasos: ¡ESTO SÍ ES REALIZABLE!

“Q:.H:. Desencantado”, por el nivel cultural que se aprecia en tu texto, es de cajón que no has tenido la suerte de encontrar y recibir “luz” a través de los QQ:.HH:: que has frecuentado; y sin ese “mínimo destello” declinaras, por no ver el modo ni el “beneficio del Arte Real”, seguir el mensaje del acróstico V.I.T:R.I.O.L.

¡Qué hermosura, como “SEDUCEN” los reflejos de la luz del sol sobre la corriente cristalina y las piedras pulidas del arroyo!....... “Quien tenga oídos para oír, que oiga”.

Gracias “Q:.H:. Decepcionado” por la oportunidad de compartir contigo este intercambio de reflexiones.
Tu texto me ha venido como anillo al dedo. Confío no haberme repetido como el ajo en esta nueva publicación.

Un Triple Abrazo Fraternal