Como respuesta a la pregunta que desde Colombia lanzó el profano Bladimir: ¿cuánto tiempo puede demorar el estudio de alguien quien desea afiliarse a una logia?
En mi imperfecta opinión no debería importarte cuánto tiempo suele transcurrir desde que alguien llama profanamente a las puertas de una logia y su iniciación como masón.
En realidad, desconozco la magnitud de ese “tiempo” a medir. Te diré que la morfología de ese “tiempo” dependerá de los motivos e intereses que tengas en ser iniciado como masón.
Si son intereses profanos los que conforman y constituyen tu principal motivación, seguramente buscarás una "vía exprés"; pero, si realmente sientes la necesidad de seguir el mensaje de V.I.T.R.I.O.L. como un camino de autoesclarecimiento y construcción, entonces, no necesitas de calendarios, relojes, husos horarios, ni de ninguna unidad de medida con la que dividir y calcular el tiempo de espera. No los necesitaras ni en el tránsito entre profano e iniciado, ni en el recorrido de tu propio camino masónico, una vez iniciado.
Así, por lo dicho, si tu interés por la masonería obedece a una necesidad de trabajar tu propia piedra bruta, en ese caso, no tienes por qué preocuparte por el tiempo; pero, si deberás tener presente una magnitud a medir: la intensidad con la que estás viviendo ese proceso.
Amigo Bladimir, ¿cuánto tiempo llevas buscando la verdad?, ¿cuánto tiempo has dedicado a tu perfeccionamiento?, ¿qué has hecho para avanzar en ese camino hacia el autoesclarecimiento?
No debe preocuparte "el tiempo que se demora" en ingresar en la masonería, eso, si tiene que ocurrir, vendrá por sí solo. Y, aunque no encontraras, por motivos geográficos o por cualquier inconveniente, una logia en la que trabajar; a pesar de las dificultades que puedas tener, ya estarás recorriendo el camino masónico. Y sintiéndote un masón “sin mandil, estarás recibiendo el beneficio que nos otorga todo proceso vivenciado de necesidad de conocimiento de uno mismo, de introspección y crecimiento personal.
Estimado Bladimir, cuando dejamos de pensar en el tiempo y nos centramos en nuestro propio trabajo de autoconstrucción, damos, a nuestro maestro interno, la posibilidad de manifestarse en cada nuevo estado de conciencia, el cual se nos revelará en un tiempo y en un espacio que los calendarios y relojes al uso son incapaces de medir.
¡Atreveté, Bladimir, a recorrer el camino hacia tu perfeccionamiento y el resto vendrá por añadidura!
1 comentario:
Muy interesante, como siempre.
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