Muchos males de la Masonería y de las Logias actuales desaparecerían con la superación de la “pereza como debilidad en dejarnos gobernar” por la inercia o por intereses profanos.
Un renacimiento de la Masonería no es posible sin un cambio fundamental en la composición de nuestras logias.
Un cambio fundamental generado por nuestra propia reeducación.
Sólo en el grado en que nuestras logias dejen de aferrarse al “número” de hermanos y busquen su sentido en la Masonería vocacionada; sólo desde este punto de coordenadas, puede surgir una Masonería fundamentada en los principios y valores masónicos, siguiendo el mensaje del acróstico V.I.T.R.I.O.L., “Muchos queremos cambiar el mundo, que el mundo mejore. Pero pocos estamos dispuestos a empezar por donde únicamente puede empezarse: CAMBIARSE A UNO MISMO.”
La vivencia del masón en Fraternidad, requiere responsabilizarse con la organización de su Logia y de su Obediencia; trabajando por su buen gobierno.
Un renacimiento de la Masonería no es posible sin la participación de los hermanos masones con su Logia y su Obediencia: Superando la “pereza como debilidad en dejarnos gobernar”.
Muchos males de la Masonería y de las Logias actuales desaparecerían con la superación de la “pereza como debilidad en dejarnos gobernar” por la inercia o por intereses profanos.
Un renacimiento de la Masonería no es posible sin un cambio fundamental en la composición de nuestras logias.
Un cambio fundamental generado por nuestra propia reeducación.
Sólo en el grado en que nuestras logias dejen de aferrarse al “número” de hermanos y busquen su sentido en la Masonería vocacionada; sólo desde este punto de coordenadas, puede surgir una Masonería fundamentada en los principios y valores masónicos, siguiendo el mensaje del acróstico V.I.T.R.I.O.L., “Muchos queremos cambiar el mundo, que el mundo mejore. Pero pocos estamos dispuestos a empezar por donde únicamente puede empezarse: CAMBIARSE A UNO MISMO.”
La vivencia del masón en Fraternidad, requiere responsabilizarse con la organización de su Logia y de su Obediencia; trabajando por su buen gobierno.
Un renacimiento de la Masonería no es posible sin la participación de los hermanos masones con su Logia y su Obediencia: Superando la “pereza como debilidad en dejarnos gobernar”.
Muchos males de la Masonería y de las Logias actuales desaparecerían con la superación de la “pereza como debilidad en dejarnos gobernar” por la inercia o por intereses profanos.
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