He podido apreciar, a través de los comentarios a las últimas publicaciones, un interés por parte de muchos hermanos de un RENACIMIENTO DE LA MASONERIA, siguiendo el mensaje del acróstico V.I.T.R.I.O.L..
También he percibido un cierto desencanto con la realidad actual de las Logias y las Obediencias.
Todos sabemos que aunque no se puede enseñar el despertar, sí se nos puede mostrar el camino, a través del Arte Real.
La mayoría de nosotros comprendemos que el verdadero secreto se nos desvela desde el interior de uno mismo.
No estamos en la Masonería Operativa, consecuentemente la Fuerza, la Sabiduría y la Belleza de la Masonería Especulativa radica en la simbología y en las metáforas del Arte Real, como método de esclarecimiento y autoconstrucción.
Sin esta base no existe Masonería, sólo meras organizaciones con muy escasa diferenciación con cualquier otra asociación o club.
Aunque nos creamos iniciados, aunque gritemos hasta desgallitarnos que formamos parte de la Fraternidad, aunque creamos saber algo o mucho de Masonería, aunque hayamos seguido la formación pertinente a cada grado, aunque pertenezcamos a tal o cual Logia u Obediencia, aunque hayamos tenido toda la repercusión masónica o profana imaginable; mientras no obtengamos el despertar interior, fruto de una experiencia estrictamente personal, viviremos en la ignorancia, creyéndonos masones, cuando en realidad seremos todo lo que queramos, todo lo que imaginemos, todo menos “iniciados” en el camino del Arte Real.
El trabajo iniciático, el autoesclarecimiento y la propia construcción, a través de los símbolos y las metáforas, constituyen la naturaleza del masón. Todo lo demás, sin está vocación, sólo es, como poco, nuestra propia cárcel.
¿No creéis que mucho de lo catalogado, calificado o considerado Masonería, no pertenece al ámbito de la misma?
Hoy más que nunca es posible y necesario un RENACIMIENTO DE LA MASONERIA, a partir de MASONES VOCACIONADOS.