En una publicación anterior compartí con todos vosotros la reflexión sobre cuál era la “formación básica” para un Masón, concluyendo que está formación debería ayudar a cuestionarnos cómo “llenar” y “vivenciar”, por nosotros mismos, los símbolos y rituales con ese “algo propio” nacido de nuestra necesidad sincera y real de autoesclarecimiento ; de ese “algo propio” generado en nuestras respuestas personales, proactivas y plenas a la vida; de ese “algo propio", resultado de nuestro modo de estar en el mundo.
El “Arte Real”, como método de autoesclarecimiento, como camino de construcción personal, actúa a través de los símbolos y ritos de los antiguos maestros canteros y, careciendo la Masonería de gurúes, será la “calidad” y la “sinceridad” de ese “algo propio” la única garantía posible de éxito.
Sin ese “algo propio”, sólo obtendremos una mera y descriptiva acumulación de conocimientos sobre los símbolos, metáforas y rituales masónicos; y, como mucho, una mecánica y “Light” vivencia de los mismos, sin beneficiarnos del impacto y poder que tienen el lenguaje de los símbolos y las metáforas para configurarnos, mientras trabajamos degradando nuestras oscuridades, en una constante búsqueda de la verdad que tiene su cúspide en la utopía de la “ILUMINACION”.
He aquí, donde encontraremos el verdadero poder de la Masonería, del “Arte Real”: en el impacto e intensidad emocional de los símbolos y las metáforas masónicas; en las modificaciones de nuestra estructura neuronal causadas por esas emociones y sentimientos capaces de “esculpir” nuestra propia piedra, capaces de "construir" nuestro propio templo.
“Muchos queremos cambiar el mundo, que el mundo mejore. Pero pocos estamos dispuestos a empezar por donde únicamente puede empezarse: CAMBIARSE A UNO MISMO.”
Por ello, Q:.H:.,si estás tomando las riendas de tu propia existencia con sinceridad y proactividad, si ves la necesidad de seguir la utopía de la “iluminación, si has vocacionado tu interés por la Masonería; si es así, habrás comprendido, no sólo dónde reside el poder de la Masonería, mejor aún, sabrás dónde vas a encontrar tu recompensa: EN EL EJERCICIO DE TU VOCACION.
El “Arte Real”, como método de autoesclarecimiento, como camino de construcción personal, actúa a través de los símbolos y ritos de los antiguos maestros canteros y, careciendo la Masonería de gurúes, será la “calidad” y la “sinceridad” de ese “algo propio” la única garantía posible de éxito.
Sin ese “algo propio”, sólo obtendremos una mera y descriptiva acumulación de conocimientos sobre los símbolos, metáforas y rituales masónicos; y, como mucho, una mecánica y “Light” vivencia de los mismos, sin beneficiarnos del impacto y poder que tienen el lenguaje de los símbolos y las metáforas para configurarnos, mientras trabajamos degradando nuestras oscuridades, en una constante búsqueda de la verdad que tiene su cúspide en la utopía de la “ILUMINACION”.
He aquí, donde encontraremos el verdadero poder de la Masonería, del “Arte Real”: en el impacto e intensidad emocional de los símbolos y las metáforas masónicas; en las modificaciones de nuestra estructura neuronal causadas por esas emociones y sentimientos capaces de “esculpir” nuestra propia piedra, capaces de "construir" nuestro propio templo.
“Muchos queremos cambiar el mundo, que el mundo mejore. Pero pocos estamos dispuestos a empezar por donde únicamente puede empezarse: CAMBIARSE A UNO MISMO.”
Por ello, Q:.H:.,si estás tomando las riendas de tu propia existencia con sinceridad y proactividad, si ves la necesidad de seguir la utopía de la “iluminación, si has vocacionado tu interés por la Masonería; si es así, habrás comprendido, no sólo dónde reside el poder de la Masonería, mejor aún, sabrás dónde vas a encontrar tu recompensa: EN EL EJERCICIO DE TU VOCACION.