En está publicación os hablaré de una clase de lobo: EL LOBO DISFRAZADO DE OVEJA. De como se instala en ciertas comunidades, pasando desapercibido. Aunque no estoy muy seguro de la verdadera finalidad que persigue ni del por qué de su comportamiento.
Esta clase de lobo no es biológicamente distinto al “Canis Lupus”. Es uno más de esta especie, un mamífero del orden de los carnívoros. Exteriorizando su misma fisiología: voluminoso pelaje, dientes fuertes y afilados, ojos amarillos, estrecho pecho y espalda potente, así como poderosos músculos en sus patas.
Sin embargo, “el lobo disfrazado de oveja”, difiere “moral” y “psicológicamente” del resto de sus congéneres. No vive en manadas. A veces pueden compartir su espacio con otros lobos, durante un tiempo reducido y esporádicamente; pero, solamente con otros lobos disfrazados de oveja, con otros lobos de su misma clase, ya que su hábitat natural son los rebaños.
Esta clase de lobo, por su “personal moral” y “psicología”, ha sabido evolucionar adquiriendo ventajas competitivas para adaptarse a su medio: EL REBAÑO DE OVEJAS.
Como esta evolución no le ha sido posible por medio de adaptaciones fisiológicas, ni a través del desarrollo de su inteligencia, ha tenido que recurrir al “mimetismo”. Adquiriendo una elevada capacidad de camuflaje, pasando desapercibido al cubrir el aspecto de su cuerpo con una piel de oveja.
Más aún, tanto ha perfeccionado esta adaptación, que comprendiendo que en el mundo hay más de 800 razas de ovejas (churras, merinas, manchegas, aragonesas, australianas, chilenas,..etc.) y, en consecuencia, una gran variedad de pelajes y balidos, cuando un lobo de esta clase quiere camuflarse en un rebaño, su primer trabajo consiste en sentarse sobre sus patas traseras, y con sus ojos amarillos, manteniendo la mirada, observar y absorber la “personalidad del rebaño"; con el fin de ser reconocido, por las ovejas, como una de ellas. Para, paso seguido, seleccionando su primera víctima, cubrirse con su pelaje.
Sin embargo, este tipo de adaptación al rebaño conlleva el peligro de ser desenmascarado, ya que el “lobo disfrazado de oveja” no sabe como mantener “la piel de oveja” en su sitio, evitando que se deslice. Con el riesgo de quedar, total o parcialmente, al descubierto. Ahora comprenderéis el por qué, entre tantos “ungulados” de medio y gran tamaño como las cabras, rebecos, renos, antílopes, alces, yaks y bisontes, el “lobo disfrazado de oveja” tiene preferencia por las ovejas. A estas las considera tontas y sabe como manejarlas. Claro, siempre y cuando se mantengan en el rebaño.
Una vez, “el lobo disfrazado de oveja”, “reconocido y aceptado” por el rebaño, persiguiendo sus fines, irá escogiendo una victima detrás de otra; y en algunas ocasiones, varias a la vez, dependiendo de su afán y del riesgo de ser descubierto.
Como ya os he dicho, el “lobo disfrazado de oveja” considera a estas tontas, al pasar la mayor parte de su existencia con la cabeza mirando hacia el suelo buscando pastos, hojas, hierbas y plantas que comer; y replegándose en rebaño para, pegadas unas a otras, dirigirse al redil.
El “lobo disfrazado de oveja” tiene, sin saberlo estos, unos muy buenos aliados en los perros que protegen y defienden al rebaño. Las ovejas y los perros mantienen una relación de confianza reciproca y total aceptación; ya que estos viven, comen y duermen con la ovejas; y las protegen de los ataques de los animales salvajes, entre ellos los lobos. Pero, los perros, no son capaces de defenderlas de los “lobos disfrazados de oveja, al no identificarlos. Peor aún, como los perros y los lobos pertenecen a la misma familia de los cánidos, estos se confunden prefiriendo, dentro del rebaño a “los lobos disfrazados de ovejas”, al sentir que estas ovejas (los lobos) comparten cierta familiaridad con ellos. Y, sin ser conscientes, se ven cegados por esa simpatía hacia lo que ellos consideran afinidad; abandonando el rebaño a su suerte.
Si una oveja tiene la desgracia de presenciar como se le desliza el pelaje al “lobo disfrazado de oveja”, reconociendo sus erectas orejas, sus afilados dientes, o cualquier otro rasgo de su fisonomía, automáticamente, es seleccionada como la siguiente victima. Siendo aniquilada y sirviendo de alimento al lobo desenmascarado. Y así, entre las ovejas que se come para alimentarse y las que elimina por observadoras o haberse encontrado en el lugar y momento menos oportuno (cuando se les desliza la piel de oveja), va acabando con el rebaño.
Y, entre el tiempo que transcurre desde el momento en que el “lobo disfrazado de oveja” es admitido en el rebaño y el momento en que lo destruye, los perros y el pastor no saben dar una respuesta a su asombro, viendo como, ante sus ojos, se va reduciendo el rebaño hasta desaparecer, una a una, todas las ovejas.
Aunque no estoy muy seguro de la finalidad que persiguen ni del por qué de su comportamiento, puedo suponer que cada “lobo disfrazado de oveja” tendrá sus propios “afanes”, aunque utilicen el mismo método perfeccionado y evolucionado.
¿Y tú, has visto deslizarse alguna "piel de oveja"?
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